Aunque a Sebastian Darke no le sale bien ningún chiste, él
quiere ganarse la vida como bufón, igual que hizo su padre, y se dirige a la
corte para conseguirlo. Por el camino irá sumando amigos a su expedición: Max,
el melenudo e irónico bufalope que habla sin parar, y Cornelius, un soldado
enano con la fuerza y la valentía de tres ejércitos juntos. A lo largo de su
viaje conocerán a la princesa, con la que se enfrentarán a numerosos peligros
mientras se preparan para el mayor reto de todos: hacer reír al rey.
Sebastián es un aprendiz de bufón, que al morir su padre y quedarse su madre y él sin recursos para sobrevivir, tendrá que marcharse de casa para ganar dinero, él quiere hacer lo mismo que su padre, que era bufón de la Corte y contaba chistes y hacía reír a la gente. Lo que pasa es que él no sabe contarlos como su padre y nadie se rie con ellos. Pero él lo intentará. Tendrá que ir al reino del rey Septimus a ofrecer sus servicios de bufón. Lo acompañara Max, un bufalope, malhumorado y charlatán, que vive desde siempre con su familia.
Sebastian y Max estaban en el bosque y no tenían que comer, por pura suerte conocen a Cornelius que estaba escondido entre los arbustos cornelius traía un bufalope y lo asaron Max se lo comió a pensar que era vegetariano.
Sebastian estaba en el bosque con Max y cornelius Sebastian quiere poner a prueba su talento de bufón así que se pone a contar un chiste sobre un perro. al terminar el chiste Sebastian esperaba que Cornelius se riera pero se puso ha hacerle preguntas sobre el chiste y al final se quedo con una sonrisa en la cara.
Sebastian, Max y la princesa Kerin.
La princesa iba a cumplir 17 años, a Max le clavaron una flecha en el torso y según el se estaba desangrando y se iba a morir. Cornelius le quito la flecha y le dijo que no se iba a morir por que solo fue un rasguño.
Sebastian y a la princesa Kerin se pelearon así que la princesa se fue a la carroza Sebastian tenia pensando que perdería su trabajo.
Max y Sebastian encontraron un rio, los dos se fueron corriendo por la sed que tenían al anochecer Sebastian y la princesa arreglaron todos problemas que tenían.
Sebastian y Cornelius se enfrentaron a un grupo de maleantes donde hubo sangre pero Sebastian protegió a la princesa Kerin.
Al llegar a Keladon no reconocieron a la princesa porque tenia la cara sucia y el vestido con tierra y sangre, Sebastian no creía que pasaría nada con la princesa que era algo imposible.
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